El 12 de octubre del año 1941, la política autárquica del régimen franquista inició en Torrelavega las obras de la empresa Sniace; en 1946 comenzó la producción de fibras textiles artificiales, celulosa, pastas químicas y lejías bisulfíticas, procedentes de la celulosa. Su principal materia prima era la madera, generalmente eucaliptos; llegaban a través del ferrocarril Cantábrico desde las estaciones de Barreda, Requejada y Torres. La factoría también tenía una conexión con el ferrocarril minero de Hinojedo. Se aprovechaban los subproductos de la Real Compañía Asturiana de Minas y los de Solvay; estos se trasladaban en vagones cisternas de bogies propiedad de ambas empresas. Para la tracción Sniace utilizó dos locomotoras de vapor, compradas de ocasión, y tres tractores diesel. Uno de los supervivientes es el Orenstein & Koppel &, número 25430, construido en 1954 por la empresa berlinesa. Estuvo operativo durante cuatro décadas. Su mecánica es un ejemplo de la transición entre la época del vapor y la diesel, el motor actúa sobre un falso eje, realiza la transmisión por bielas acopladas a sus dos ejes; las ruedas de radios son similares a las que poseían las locomotoras de vapor. Actualmente esta equipada con un motor Barreiros.
Fue descubierto en una chatarrería de Los Corrales de Buelna en un estado deplorable, abandonado a la intemperie durante mas de 15 años. Su adquisición, recuperación y puesta en funcionamiento ha sido posible gracias a los arduos trabajos por parte de miembros de la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril y a la colaboración de Caja Cantabria y Federación ACANTO a la que pertenece A.C.A.F.
Se encuentra preservado, en estado de marcha, en las instalaciones del Museo Cántabro del Ferrocarril de Santander donde se exhibe en las Jornadas de Puertas Abiertas.