En el mes de octubre de 1899 se creó la Sociedad Nueva Montaña del Hierro y del Acero de Santander, encendiéndose en la Isla del Oleo el primer alto horno el 5 de enero de 1903.
Para trasladar el mineral de hierro y la caliza de las minas de Camargo a su factoría, la compañía construyó un ferrocarril de ancho de vía métrico de 7.016 metros. El trazado atravesaba Las Presas mediante un túnel de 444,35 metros. En 1906 se puso en marcha el ferrocarril con dos exiguas locomotoras eléctricas Siemens-Schuckert de 80 caballos, y posteriormente otras dos de la misma casa alemana; todas ellas resultaron insuficientes para arrastrar los pesados vagones. Por tal motivo, se abandonó la tracción eléctrica y, en 1913, se adquirieron dos máquinas-ténder de vapor, se trataba de la “Peñacastillo” y la “Reyerta” (números de fabrica 6799 y 6800) de mayor potencia, dotadas de tres ejes motores. Son máquinas-tender de 23 toneladas en servicio; pueden almacenar 2200 litros de agua en sus tanques y llevar una carga de carbón de 800 kilos. Fueron suministradas por la casa Krauss de Múnich el 11 de agosto de 1913. En los años cincuenta, cesó el transporte del mineral desde Camargo; por lo qué, las locomotoras se destinaron a desplazamientos dentro de la fábrica y a los transportes hasta el muelle particular de Nueva Montaña en el puerto de Santander.
La empresa poseía también nueve pequeñas locomotoras de vapor, de dos ejes acoplados, para el servicio interior de la factoría.
La locomotora «Peñacastillo» estuvo operativa hasta el año 1973, fecha en que la empresa adquirió a la casa Diema dos locomotoras diesel n.º 3315 y n.º 7 3316.
La «Peñacastillo» ha sido restaurada por miembros de la Asociación Cántabra de Amigos del Ferrocarril, de acuerdo con los planos de fábrica, y se encuentra expuesta al público en el museo de Santander.